Errores al estudiar

Estándar

Estamos a un poco más de un mes de terminar el curso, y suele ser cuándo más nos ponemos a estudiar, y más rendimiento queremos sacar.

Por eso cuando se habla de estudio se suele hacer hincapié en los buenos hábitos, pero… ¿cuáles son los enemigos de estos? ¿cuáles son los que se suele hacer pensando que así se sacará más provecho y rendirá más el tiempo? Dentro de los más importantes se pueden destacar estos cinco:

1.- Estudiar tumbados. La postura es fundamental para mejorar la calidad del estudio. Por ello es recomendable estudiar siempre sentados para mantener la atención en aquello que realizamos. Sin embargo, hay quien prefiere hacerlo en la cama o tumbado en el sofá. La experiencia desaconseja esta posición. Aunque es  más cómoda en determinados momentos, facilita el sueño e impide el estudio.

Además, estudiar recostados puede implicar posturas incorrectas o incómodas que afectan a la espalda y a las cervicales y, por consiguiente, provocan dolor en esta zona del cuerpo, o incluso provocar lesiones en la columna.

Se debe estudiar en una silla con el respaldo recto, la espalda relativamente recta y los brazos o codos apoyados. Respecto a los pies, deben llegar al suelo para adoptar una postura cómoda. No es aconsejable que cuelguen.

2.- No tener un horario fijo. No es recomendable estudiar a cualquier hora o hacerlo cada día en un horario distinto. Conviene tener un espacio fijo y ese horario deber ser en el cual la concentración del estudiante sea mayor,  ya sea por la mañana o por la tarde. Por la noche, es preferible dormir para estar descansados.

Hay que reservar tiempo para el estudio. Además de los deberes y las actividades extraescolares, se debe dedicar cada día un tiempo al estudio. Al principio serán los padres quienes ayudarán a los hijos a organizarse y luego será responsabilidad de estos. Un horario personal y el compromiso de cumplirlo mejora los hábitos de estudio y los resultados académicos.

3.- No hacer descansos. La ansiedad ante un examen, la falta de tiempo, el estrés y la sensación de que no hay horas suficientes para estudiar todo el temario lleva a pasar muchas horas seguidas sin levantar la vista de los apuntes. Sin embargo, esto es perjudicial para los fines que se persiguen. Es importante hacer descansos cada 45 o 60 minutos para estirar los músculos, evitar cargar la espalda y descansar la mente para retomar el aprendizaje con fuerza.

Es aconsejable mantener el hábito de estudio todos los días para llevar la materia al día, pero igual de importante es  terminar la jornada con una actividad deportiva o de ocio, dedicar un tiempo a la lectura, la música u otra tarea que le guste y disfrute. Al organizar el estudio, es recomendable incluir el tiempo que se dedicará al descanso. Siempre se debe respetar ese horario, ya sea de estudio o de ocio.

4.- Estudiar primero lo más fácil.- Con la intención de que el estudio resulte más liviana, a menudo se comienza a estudiar la asignatura o materia que resulta más sencilla. No obstante, es recomendable hacer justo lo contrario. Puesto que al empezar a estudiar la mente está más fresca y descansada, conviene iniciar por las materias más pesadas o que entrañan más dificultad para los estudiantes. De ese modo, cuando se sienta cansancio, se aprovechará para repasar las cuestiones más sencillas.

5.- Despistes.- El uso de las nuevas tecnologías ha modificado los hábitos de estudio. Internet es ya una herramienta muy utilizada en sustitución de las enciclopedias tradicionales, las tabletas están llamadas a ser los nuevos soportes de libros digitales y hasta el teléfono móvil ha entrado en el aula. Pero este último debe mantenerse alejado cuando se prepara un examen, con el fin de evitar despistes y caer en la tentación de enviar un mensaje o leer los correos electrónicos en el teléfono.

La mesa donde se estudia debe estar despejada de artículos que no se utilizarán, para contener todo el material de estudio que se necesite: apuntes, subrayadores, lápices, bolígrafos, etc.